sábado, marzo 27, 2010

Reflexión

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La Iglesia latinoamericana en el presente


La iglesia cristiana en este continente está experimentando un notable crecimiento. Nunca llueve a gusto de todos, pero crecimiento hay. Por décadas santos hombres de Dios oraron por esto, y por fin Dios ha comenzado a darlo. Algunas zonas están quietas, pero en otras el despertar es notable.

El avance ha traído un entusiasmo tal que muchos olvidan lo que por años Dios les mostró en su Palabra, aceptando o permitiendo deslices bíblicos y éticos. Un reconocido pastor y líder latinoamericano me dijo: «Este es un tiempo de cosecha, yo ahora no pregunto mucho. Después, cuando todo se aquiete, vendrá el tiempo de enseñar mejor las cosas».

¿Qué nos llamen locos?, la profecía divina ya lo ha predicho. ¿Que los marxistas digan que nos dejamos lavar el cerebro por los extranjeros?, ese es un argumento tan enclenque que se derrumba con sólo preguntarles de dónde sacaron ellos las doctrinas socialistas. ¿Que hablen de las millonarias cuentas bancarias?, no sé si es necesario señalar la forma tergiversada en que usan los números.

Pero el Señor dijo que nos preocupáramos cuando el mundo nos acusara mintiendo. Si nos llaman «locos» porque nuestra forma de pensar es irracional para el hombre natural es una cosa, pero si lo hacen porque «nos comportamos como locos» es otra. Si las cuentas bancarias son millonarias, ¡Gloria a Dios!, pero si lo son a costo de rogar y clamar a la audiencia para que ofrenden y aun pedirlas de tal forma que pueda llegar a suponerse una relación directa entre la ofrenda y la bendición a recibir, pues entonces se nos está mezclando la hacienda. Más aun cuando los «gastos» comienzan a ser cuestionables.

La iglesia norteamericana está sufriendo (¡qué decir del corazón de Dios!) porque algunas áreas crecieron mal. La iglesia latinoamericana está creciendo y desarrollándose, y de cómo sea conducido y orientado ese crecimiento, así será su futuro. Para gloria o para hecatombe.


¿Qué pasó, realmente?


• UN FIN DE SEMANA. En diciembre de 1980, el famoso predicador Jim Bakker, presidente de la Cadena Praise The Lord (PTL – En América Latina, Para Todo Latino) tiene un encuentro íntimo con una señorita llamada Jessica Hann (entonces ella tenía 21 años), encuentro que, por otro lado, es facilitado por un amigo de Bakker, el ex-pastor Fletcher, a quien se le había separado del ministerio por alcohólico.

Jim Bakker (47), junto a su esposa Tammy, han ganado amplia notoriedad en la televisión norteamericana con sus programas que llegan a 13,5 millones de hogares (TIME). Este predicador es quien, junto a Pat Robertson, funda en 1965 el Club 700.

Pasado un tiempo de aquel adulterino encuentro, Jessica Hann inicia demandas judiciales contra Bakker por sentirse «usada» como un mero objeto sexual. Los directivos del PTL arreglan un pago de más de 100.000 dólares a la Hann, a fin de que el «affaire» no fuese divulgado. Debido a que la mentira tiene «patas cortas» y a pesar de los dólares invertidos, la noticia llega a oídos de Jimmy Swaggart, quien no permanece callado.


• POR UN PUÑADO DE DÓLARES.

Así tituló un semanario la nota sobre Oral Robert (69), quien es otro predicador de televisión presidente de la universidad que lleva su nombre (4.500 estudiantes) y de un emporio que cuenta, entre otras cosas, con un gran hospital en Tulsa, Oklahoma, que costó 250 millones de dólares.

Hace pocos meses atrás, Oral Robert publica su última y detonante profecía: Dios le reveló que el 31 de marzo del corriente año terminaría su vida aquí en la tierra, a menos que los seguidores de sus programas le ofrendaran 4 millones y medio de dólares extras para necesidades especiales de sus empresas. (Según sus propios términos, Dios se lo llevaría con Él a menos que la gente ofrendara lo estipulado. «Sólo estoy pidiendo que me ayuden a extender mi vida», dijo Robert).

Es allí donde él comienza a rogar que sus seguidores le ofrenden esa cantidad, aparte de los millones de dólares que recolecta normalmente.

Una semana antes de expirar el «plazo profético», y faltando 1.300.000 dólares para reunir la suma total, un dueño de pistas de carreras de perros ofrenda, con las ganancias del juego y las apuestas de su negocio, todo lo necesario para que el ministro continúe su obra en la tierra.


• A partir de los sucesos mencionados, surgen acusaciones desde varios sectores de la iglesia evangélica norteamericana sumándose a los seculares, ocasionándose así un «río revuelto» del que salen a conocimiento público acusaciones desde y hacia todas direcciones de la llamada «iglesia electrónica» (mote de la prensa secular para los programas evangélicos de televisión). Nombres como los de Jimmy Swaggart, Pat Robertson, Jim Bakker, Marvin Gorman, Jerry Falwell, Oral Robert y otros más se ven envueltos en dimes y diretes públicos, donde todo el país participa.


Muchos asuntos del comportamiento de estos hombres y sus instituciones que antes habían resultado dudosas, aun para los cristianos (gastos fastuosos con simultáneas declaraciones de bancarrotas, manipulación social, sospechas éticas, actitudes no claras, asociaciones cuestionables, etc.), no salen a la luz sino hasta que todo el escándalo está en marcha.

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